¡Esto es trabajo!

Bueno, bueno. Pues sí, entregas, pagos, pedidos, límites de tiempo... me temo que esto va más allá de ser una sencilla aficción.

Hoy he ido a entregar los cuadros de las Collado Sisters, he quedado con su padre y unos EX-compañeros de trabajo (me sigue gustando decir eso), y tras tomar algo se los he dado.

Es una situación extraña para mí, porque cuando entregas algo así esperas inevitablemente un juicio, una crítica y hasta el más mínimo comentario se toma como algo de trascendental importancia. Teniendo eso como premisa he de decir que la entrega fue algo fría, del tipo ¿Te gustan?. Sí, sí, me gustan. ¿Cuánto es?. (Creo que lo he exagerado un poco, pero entendéis a lo que me refiero). Los entregué, cobré y vine a casa, satisfecho, aunque ya quedé satisfecho el día que los terminé, todo lo que pasa desde ese momento es circunstancial.

Pero (claro, todo este rollo tenía un pero), a mitad del capítulo de Dexter que estabamos viendo hoy recibí una llamada, una llamada de mi EX-compañero de trabajo (no me canso de decirlo). Imaginé que sería una llamada para explicarme la reacción de sus hijas, y sí, así fue, los retratos les habían gustado pero había algo más, otro encargo para una de las hijas, un retrato doble para antes del 24 de marzo.

Para mí eso tiene un mensaje de fondo muy importante y es que realmente le ha gustado mucho la pintura, y aunque cobre dinero por los retratos, o los haga por encargo e incluso aunque tuviera que vivir de algo así, lo más importante para mi en todo esto es que a la gente le guste lo que hago y cómo lo hago, si no no tendría sentido.

Así que aquí estoy, tendré que dejar aplazado mi proyecto Watchmen y en cuanto reciba las fotos ponerme a... no sé cómo decirlo... ¿trabajar?

Un saludo. Lirón.